3.04.2010

Los ángeles rebeldes de René Chacón


El poeta René Chacón Linares

LUIS ANTONIO CHÁVEZ
Escritor y periodista

Integrado por 68 poemas divididos en cinco partes y cuyo tema central es el amor imantado de imágenes que lindan el erotismo sin caer en lo vulgar, La fiera de un ángel, de René Chacón Linares (Impresos Litográficos de Centroamérica), contiene herramientas que se despojan de la denuncia y presentan nuevas propuestas para bien de la literatura nacional.
Así, el hacedor de versos debe procurar que éstos tengan lazos comunicantes, porque si la poesía no se explica, al menos debe gozar de elementos que despierten esa sensibilidad en el lector, lo cual se da en La fiera de un ángel al plasmar: “la antorcha/ de mis deseos se agita/ tu olor a bosque salado/ asalta mi desnudez” (P. 13)
Y aunque para algunos el tema del amor sea un lugar común, en el autor de La fiera de un ángel se vuelve una necesidad, puesto que es un canto enhiesto que hurga en la cimiente el símil, la voz, el grito plasmado en la poesía, por ello René aborda la mocedad fusionada con la adolescencia para interrogarse:
¿Dónde estaba el ángel/ que habitaba en mí? (P. 14), para respondernos: “el tiempo pasó/ y aún tengo sueños insolentes”, ídem.
En ese sentido vemos que el poeta no se anda con rodeos para intimar en lo más profundo y aunque pareciera que los versos se muestran faciloides, la sensación de la luminosidad que el mismo despierta se deja sentir: “Desde que tu cuerpo/ de espigas azules/ reposa en mis alas /soy un ángel impetuoso”. (P. 15)
La fiera de un ángel posee versos para todos los gustos y sabores, pues René Chacón Linares no obvia su afecto hacia sus contertulios, el poema Ángeles poetas es más que elocuente: “Estas mujeres/ endiabladas en las letras/ seducidas por el lenguaje/ traficantes de las metáforas”. (P. 26)
Si bien la poesía conversacional es lo que prevalece en La fiera de un ángel, para René Chacón no hay barreras para cantarle a su parentela, como el que aparece en la P. 32 (...) “En este dulce infierno/ tropezaron nuestra alas... tras una pecera/ me ves anidar en las copas de los árboles/ yo te veo/ danzando en el bosque de los desafíos”...
En este libro de René no hay témpanos que aplaquen el calor que calcinan sus versos, pues son textos que jalan para donde las alas se agitan; tocan fondo, no hallan recato y suelen guiarse por la brújula de la pasión, la intimidad, el desamor o la conquista de un sentir diáfano: “Por vos/ traicioné el recato/ de la aurora/ sobreviví/ la vértice del gozo... navegué> en las frutas de tus pechos” (P. 47) o nos escribe así:
“Mis manos luchan indomables/ por resbalar en el abismo de tu secreto”. (P. 48)
El denominador común en La fiera de un ángel es el erotismo, pues el poeta se aleja de prejuicios y poses
mojigatas para transmitir un sentir que subvierte al lector: “Una noche sin calendario/ podes sacudir la miel silenciosa/ de mis gemas y contar los lunares de mi cuerpo/ y yo, separaría uno a uno/ los pétalos crespos de tu corola”... o cantar así: “En la cumbre de mis ansiedades/ se va tejiendo un volcán de orugas”. (P.50 y 51).
La nostalgia, la soledad y la incertidumbre de una espera sin fin junto al desasosiego aunado a la
embriaguez de alguna conquista, hacen de La fiera de > un ángel un poemario amoroso, inquieto, sollozante, encabritado en sus líneas y lleno de anhelos: “este > cuerpo sólo se inquieta/ en el bálsamo tibio/ de tu extraña hoguera”. (P.62)
En ese sentido cada poema impreso en La fiera de un ángel tiene su razón de ser, pues los ángeles tocan fondo, visitan cementerios, platican con la muerte, se visten de andrajos y hasta el oficio más viejo del mundo haya su espacio: “esos ángeles que no aman tanto... abandonadas en plena alborada,/ reparten su inocencia”. (P. 75).
Al ser un poeta ajeno a los círculos literarios, René se refugia en sus versos con sus sueños e ilusiones:
“A veces quisiera ser un ángel terrenal,/ y humedecerme la piel/ con el sudor del verdadero abrazo./ Vivir más allá de los cielos,/ y mecerme desnudo entre juncos y cenizas”... y cierra el poema con una interrogante: “¿Por qué no veo a Dios/ en el rostro de los humanos?”. (P.79)
No obstante, Chacón también sufre por todas esas cotidianidades, y cierra su libro con los siguientes versos: “El temor no es disfraz/ es polvo convirtiéndose en piel”... “¡Tengo miedo!/ que un día de éstos/ mis pensamientos/ queden boca arriba/ como comida de pájaros en una esquina,/ o adorno en una glorieta”. (P.81)
Damos la bienvenida a La fiera de un ángel y disfrutemos este texto sin prejuicios, pero sí acompañado de una buena taza de café.

RECUADRO
Título: La fiera de un ángel
Autor: René Chacón Linares
Precio: $3.00
De venta en: Los tacos de paco
O al Tel. 230-10099



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