2.05.2010

Árbol Adentro de Octavio Paz: El canto del hombre y su filosofía


En realidad no había tenido noticias de Octavio Paz cuando chico, fue precisamente el verano de 1978, que por casualidad –de esas que no se dan todos los días– que un antiguo compañero de infancia cargaba dentro de sus cuadernos, un texto de este escritor mexicano de todos los tiempos.
Años después, tuve otra oportunidad de leerlo, gracias a la gentileza de mi amigo Edgardo Morales, abogado de profesión y asiduo lector, que me dio (en calidad de préstamo) un libro, el que traemos a cuenta para comentarlo.
Sobre Octavio Paz se ha escrito mucho, desde sus detractores por no lidiar con un conjunto de normas predispuestas, producto de pasiones políticas que desligan el arte y su compromiso, hasta las palabras que consignan el elogio dictado por una admiración –consecuencia de su labor– pasando por estudios que anteponen juicios ensamblados en críticos ponderados.
Mientras que en torno a su comportamiento, también se han tejido diversos comentarios (negativos y positivos) los que de alguna forma le han restado o aumentado el valor que ejerce dentro de la poética azteca, pues sus textos reflejan un andar filosófico y el buen uso de la palabra.
Continuando con el comentario de un hombre de letras y además Premio Nobel de Literatura (1990), es identificar y dar al César lo que es del César, porque difícilmente podríamos encasillarlo, Octavio Paz es, por excelencia, un escritor con mucho honor universal.
El libro que nos ocupa se divide en secciones que dan un toque mágico a su lectura: la primera, compuesta por cortes de línea lírica, la cual presenta una amalgama de elementos vibrantes en el ámbito que se crecen: el tiempo; la tercera, tiene un enfoque más existencialista lindando hacia la muerte; la segunda y la cuarta, un poco más detenida la pluma, hurga en la raíz romántica para elevar unas cantatas al amor, en tanto que el texto restante se compone de notas, las que según frases del autor, se denominan “Estas notas escritas al margen son imprescindibles. No son ni un comentario ni una explicación. En general, los poemas no requieren de una explicación”... en ese espacio se acumulan consideraciones donde se dan elementos con una fuerza ponderante de un universo escrito, los que dan al libro Arbol Adentro, un toque exquisito.
Analizar las temáticas que abarca este escritor azteca no es nada fácil, ya que como todo auténtico poeta, éste busca el trasfondo de una realidad –burda si se quiere-, pero que sirve de termómetro para engrandecerla a través de la magia creadora, porque el bardo no mide imágenes y hace delicioso alarde de su bregar en lo que es la poesía. Octavio sabe escudriñar la frase haciéndola suya: “Hay luz, no la tocamos ni la vemos. /En sus vacías claridades/ reposa lo que vemos y tocamos”,
(Este lado, P.33).
Con un vasto acervo cultural, el prolífico escritor no lleva de la mano a través de las imágenes literarias que lindan lo filosófico, lo etéreo, lo existencial, ya que descubre en la raigambre universal ese don y extrae la savia de la dermis poética para enseñorearse con esa grácil belleza, donde es posible empalagarse de ese mundo tridimensional que envuelve a la temática más sutil como lo es Árbol Adentro.
Octavio Paz ha sabido internarse en las profundidades de un romanticismo –intuición–, que descubierto en su totalidad no sólo es una punzante mirada sino que es el verbo que puede verterse en sutiles fragancias poéticas: “La ciudad inmensa realidad diaria hecha de dos palabras: Los otros”, (Hablo de la ciudad, P.42).
Incorporándolo desde el punto de vista existencialista, el autor de Árbol Adentro, refleja en la lid poética la madurez del hombre, ya que le da a cada verso una estructura uniforme, que hace de su lectura una sonoridad en demasía: “Entre lo que veo y digo,/ entre lo que digo y callo,/ entre lo que callo y sueño/ entre lo que sueño y olvido/ se desliza la poesía”; (P.11. Es decir, hacer).
Otro de los temas relevantes es el canto hacia el hombre y psiquis, donde incorpora las distintas sensaciones que le aquejan, pero con la fuerza creadora que invita la poesía.
Sin pretensiones evaluativas, he hurgado en los entornos poéticos de Árbol Adentro, y cada tema ha dejado en mí un aliciente empalago, ya que este prolífico escritor de todos los tiempos –universalmente hablando– permite auscultar su palabra y relajarse con una buena taza de café.

Luis Antonio Chávez
Escritor y periodista
luischaveznews@yahoo.com
luischaveznews@gmail.com




¿QUIEN ES OCTAVIO PAZ?
Octavio Paz Lozano nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en medio de la Revolución mexicana. Criado en Mixcóac, una población cercana (y que ahora forma parte de la Ciudad de México) por su madre, Josefina Lozano, una mujer religiosa, así como por una tía y su abuelo paterno, Ireneo Paz, un soldado retirado de las fuerzas de Porfirio Díaz, intelectual liberal y novelista. Su padre, también llamado Octavio Paz, trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata; estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la revolución, y colaboró activamente en el movimiento vasconcelista. Todas estas actividades provocaron que el padre se ausentara de casa durante largos periodos. Su educación se inició en Estados Unidos, donde se había trasladado su familia siendo él un niño. Estudió la preparatoria en el Colegio Francés-Morelos (hoy Centro Universitario México) en la Ciudad de México.
Paz fue influenciado desde pequeño por la literatura a través de su abuelo, quien estaba familiarizado tanto con la literatura clásica como con el modernismo mexicano. Durante la década de 1920-1930 descubrió a los poetas europeos Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, que también influenciaron sus escritos más tempranos. Publicó su primer poema ya como adolescente en 1931, con el nombre mar de día, al cual le añadió un epígrafe del poeta francés Saint-John Perse. Dos años después, a la edad de 19, Paz publicó Luna Silvestre, una colección de poemas. Hacia 1937, Paz ya era considerado el poeta más joven y prometedor de la capital mexicana.
En 1937 terminó sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y viajó a Yucatán en busca de trabajo en una escuela cercana a Mérida. Ahí comenzó a trabajar en su poema Entre la piedra y la flor (1941, revisado en 1976), el cual describe la situación cultural y el quebranto de la fe del campesino mexicano como resultado de una sociedad capitalista. Estuvo casado con Elena Garro (entre 1938 y 1959), con quien tuvo una hija: Helena. Luego se une con Bona Tibertelli de Pisis, con quien convive hasta 1965. Ese año contrae matrimonio con Marie-Jose Tramini, su compañera hasta el final.
En 1937, Paz visita España durante la Guerra Civil Española, mostrando su solidaridad con los Republicanos, cuya ideología política influyó en su obra juvenil, otorgándole una visión preocupada, incluso angustiada, respecto a las condiciones de vida que se daban en su país natal y en España. A su regreso en México, participa como cofundador en una revista literaria llamada Taller en 1938, y escribe en ella hasta 1941. En 1943 recibe la Beca Guggenheim y comienza sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos de América, y dos años después comienza a servir como diplomático Mexicano, trabajando en Francia hasta 1962. Durante esa estancia, en 1950, escribe y publica El laberinto de la soledad, un innovador estudio antropológico de los pensamientos y la identidad Mexicana. Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1957 por su libro El arco y la lira.[2] Fue ganador del Premio Nacional de Literatura en 1977 por el gobierno de México.[3]
Fue miembro de honor de la Academia Mexicana de la Lengua. En 1981 recibió el Premio Miguel de Cervantes. En 1985 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes. En 1987 le fue otorgado el I Premio Internacional Menéndez Pelayo. En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.[4]
Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta neomodernista en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes de surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía acabó por convertirse en una manifestación muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza. Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, comenzó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que lo llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüísticos se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio Paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido mágico que el autor da a las palabras.
El 19 de abril de 1998 Octavio Paz murió en su ciudad natal que fue la Ciudad de México.
Desilusionado del comunismo [editar]
Originalmente Paz mostró solidaridad con la causa republicana en la Guerra Civil Española, pero, como confesó en la serie televisiva Conversaciones con Octavio Paz, el enterarse del asesinato de uno de sus camaradas cometido por el propio bando inició un proceso de desilusión. Al publicar su visión crítica sobre Stalin en marzo de 1951, rompió con sus amigos de izquierdas.
Posteriormente, en sus revistas Plural y Vuelta, Paz denunció las violaciones a los derechos humanos de los regímenes comunistas. Esto le trajo mucha animosidad de parte de la izquierda latinoamericana y algunos estudiantes universitarios. En el prólogo del tomo IX de sus obras completas, publicado en 1993, Paz declara:
“En México, antes, había sido visto con sospecha y recelo; desde entonces, la desconfianza empezó a transformarse en enemistad más y más abierta e intensa. Pero en aquellos días [década de los 1950] yo no me imaginaba que los vituperios iban a acompañarme años y años, hasta ahora” (página 44).
La animosidad de algunos izquierdistas mexicanos hacia la visión política de Paz persistió hasta su muerte en 1998, y aún después.
Obra poética [editar]
• 1938 - 1946 - Puerta condenada
• 1937 - La rama
• 1957 - Piedra de sol
• 1958 - Libertad bajo palabra
• 1962 - Salamandra
• 1969 - Ladera Este
• 1972 - Le singe grammairien, traducción francesa de Claude Esteban publicada por el editor Albert Skira en Ginebra. La versión en castellano, El mono gramático, fue publicada en 1974.
• 1975 - Pasado en claro
• 1976 - Vuelta
• 1987 - Árbol Adentro
Bajo el título El fuego de cada día el propio Paz recoge una significativa selección de su obra poética.
Obra ensayística [editar]
• 1950 - El laberinto de la soledad
• 1956 - El Arco y la Lira
• 1957 - Las peras del olmo
• 1965 - Cuadrivio
• 1966 - Puertas al Campo
• 1967 - Corriente Alterna
• 1967 - Claude Levi-Strauss o el nuevo festín de Esopo
• 1968 - Marcel Duchamp o el castillo de la Pureza, con su reedición ampliada Apariencia desnuda (1973),
• 1969 - Conjunciones y Disyunciones
• 1969 - Postdata, continuación de "El Laberinto de la Soledad"
• 1973 - El signo y el Garabato
• 1974 - Los Hijos del Limo
• 1974 - La Búsqueda Del Comienzo (Escritos Sobre El Surrealismo) (2da. Edición: 1980)
• 1979 - El Ogro Filantrópico
• 1979 - In-mediaciones
• 1982 - Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe
• 1983 - Tiempo Nublado
• 1983 - Sombras de Obras
• 1984 - Hombres en su Siglo
• 1990 - Pequeña Crónica de Grandes Días
• 1990 - La Otra Voz
• 1991 - Convergencias
• 1992 - Al Paso
• 1993 - La Llama Doble
• 1994 - Itinerario
• 1995 - Vislumbres de la India
• 1997 - las hojas
Traducciones [editar]
• Versiones y diversiones Paz reunió sus traducciones poéticas.
• Sendas de Oku, de Matsuo Basho (1957)
• Antología de Fernando Pessoa (1984)
Bibliografía Crítica [editar]
• Andar fronteras. El servicio diplomático de Octavio Paz en Francia (1946-1951) / Froylan Enciso., 2008.
• El filo del ideal: Octavio Paz en la guerra civil / Guillermo Sheridan., 2008.
• Paz y Neruda: "Historia de una amistad"/Jaime Perales Contreras/Revista Americas (Organización de los Estados Americanos),julio de 2008.
• Visiones de Octavio Paz/ Gloria Vergara., 2008
• Poeta con paisaje: ensayos sobre la vida de Octavio Paz / Guillermo Sheridan., 2004.
• El cántaro y la ola. Una aproximación a la poética de Octavio Paz/ Camilo Fernández Cozman, 2004.
• Espiral de luz : tiempo y amor en Piedra de sol de Octavio Paz / Dante Salgado., 2003
• Camino de ecos : introducción a las ideas políticas de Octavio Paz / Dante Salgado., 2002
• Las primeras voces del poeta Octavio Paz, 1931-1938 / Anthony Stanton., 2001
• El árbol milenario : un recorrido por la obra de Octavio Paz / Manuel Ulacia., 1999
• Autor, autoridad y autorización : escritura y poética de Octavio Paz / Rubén Medina., 1999
• Tránsito poético e intelectual de Octavio Paz / Abelardo M García Viera., 1999
• Dos grandes latinoamericanos / Karla I Herrera., 1999
• El acto de las palabras : estudios y diálogos con Octavio Paz / Enrico Mario Santí., 1997
• Volver al ser : un acercamiento a la poética de Octavio Paz / Mario Pinho., 1997
• El elemento oriental en la poesía de Octavio Paz / Jung Kim Kwon Tae., 1989
• El cuerpo y la letra : la cosmología poetica de Octavio Paz / Javier González., 1988
• Polaridad-unidad, caminos hacia Octavio Paz / Margarita Murillo González., 1987
• La cabeza rota : la poética de Octavio Paz / Jorge Arturo Ojeda., 1983
• El arte combinatoria en los poemas de Octavio Paz." El Nacional t. Caracas./ Consuelo Hernández. September 25. 1982
• Signos en rotación, una teoría poética." El Nacional. Caracas./Consuelo Hernández. October 2, l982.

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