9.12.2011

Reconstruyendo valores/ Perdonar es una decision

Hola, quiero darte las gracias por darme la llave de tu corazón, por permitirme morar dentro de ti, pero también para que sepas que yo siempre te tengo en la mente. Hoy, como todos los días, tachoné estas líneas, léelas, disfrútalas, son para personas especiales como tú.
Tú me interesas y te lo he demostrado, pues en tu alma hay mucha melancolía, pero también mucho amor, plasmé estas ideas con la seguridad de que las leerás y que de nuestra amistad no te vas a arrepentir.
¿Sabes?, hoy me desperté eterno, a las cuatro de la mañana, más temprano que de costumbre, y lo primero que hice fue arrodillarme para darle las gracias a Dios por regalarme la oportunidad de respirar, ver los destellos de luz perdiéndose junto a las estrellas en el infinito…
Me metí a la ducha y tan pronto oí el trinar de las aves, sentí un viento suave golpeándome el rostro y recordé que aún vivo, por lo cual evoqué las palabras del libre pensador Luis Rosales: “cada nueva esperanza que sentimos nos hace ver de manera distinta el pasado”, mientras que James Van Praagh dice que “si cada uno de nosotros está en la tierra para descubrir su propio camino, jamás será feliz si sigue el de otro”.
Por lo anterior es que esta mañana, antes de irme a mis labores diarias rosé mis manos sobre mi cuerpo, toqué mi corazón y le agradecí a Dios por darme la oportunidad de compartir contigo las sensaciones que vivo a diario.
Lo que no sabes es que después de mi oración matutina me sentí renovado, porque deposité mis cargas sobre los hombros de aquel que puede con todo y nos ama.
Pensé en ti y en ese marasmo de situaciones que no te dejan ser, ¿sabes por qué te traje a mi mente?, porque como dice Francisco Alberoni, “un amigo es la persona que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino”.
Ves que fácil es reflejar sobre nuestra frente las caricias del nuevo día, ya que tú mereces todo mi tiempo igual que yo antes lo necesité, pues no debo ser egoísta y olvidar que ya pasé por esa senda en la que estás pasando.
Y es que el ser humano es difícil de entender, pero en la medida en que aprendas, como escribió alguna vez María Teresa de Calcuta que “perdonar es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu calma y la tendrá el que te ofendió”, tu vida se simplifica, ¡que lindas esas palabras!
¡Vamos!, no le restes felicidad a tu alma atribulada, no te martirices por lo que no pudiste ser ni trates de ocultar bajo la sábana de la amnesia esa sensación que te robó la quietud en tu corazón.
Comprendo que, a veces, no siempre, pedir perdón es algo que nos cuesta, mucho más cuando se trata de hacerlo con aquellas personas que suelen acumular rencor o sentimientos de venganza, mas nosotros que empezamos una nueva senda debemos hacerlo para hallar paz en nuestro corazón.
Ahora te preguntarás porque me meto en tu vida si tú tienes la potestad de tomar decisiones por tener la edad suficiente para descifrar el código que te dicta el corazón, ¡craso error!, lo hago porque pienso en ti, porque así soy yo, ingreso por la puerta de atrás para salir por la puerta ancha, pero con una sonrisa a flor de labios, con la esperanza a cuestas dispuesto a consolar a otros que como tú viven sus propias penurias, pero con la satisfacción de que al menos hice menos tu carga.
La esperanza es lo último que se pierde, bueno pues, date un chance y aunque sé que es difícil de mantener, en algunas ocasiones, como pensó el músico Bob Marley, “Mis pies son mi único vehículo, tengo que seguir dándole para adelante, pero mientras me voy, quiero decirte: Todo va a estar bien”.
James Allen dice que es probable que "tus circunstancias puedan no ser de tu agrado, pero no han de seguir siendo las mismas si concibes un ideal y luchas por alcanzarlo."
Ves cómo poco a poco se van despejando tus pensamientos, sabes por qué, porque no puedes pasar toda la vida –como si fueras un cofre- guardando pestañas para destruirte.
Y tal como hice mi ingreso por la puerta de atrás, quiero entrar en tu corazón, sin cortapisas, ser la persona en quien puedes confiar y dialogar con la madurez que la vida misma nos ha permitido asimilar, aunque con ello hayamos llegado con el corazón maltrecho.
Recuerda que con las personas que no puedes amar, muéstrate siempre amablemente evasivo. (Anónimo), porque “ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad” (José Marti), que “buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro” (Platón).
Fíjate que yo me identifico con lo que escribió el filósofo árabe Khalil Gibran, autor del libro El Loco, “los amigos no se buscan para matar las horas, sino que se buscan para vivir las horas con ellos”, quiero que sepas que a veces “me gustaría huir de ti. Pero si no vinieses corriendo a encontrarme, me moriría." (Shirley Bassey).
Tu amistad me interesa, que si soy compensado, eso es lo de menos, lo importante es que desperté en ti el deseo de seguir viviendo y querer dar amor a quienes te rodean, porque si de algo estoy seguro es que con darte una sonrisa, un apretón de manos o estampar mis labios en tu mejilla no me hará más pobre, pero sí llenará mi alma de riquezas por despojarme de lo poco que tengo para verte sonreír.
El tiempo que queda es oro puro, tu familia es como el cristal, hazles suave el instante, no les inyectes más desesperanza de la que ya cargan sobre sus hombros, no des cabida a que tus hijos te miren como a un ogro…
Yo no me cansaré de pedirte que estampes en ellos un beso, un te quiero y diles lo importante que son para ti, porque actuando así los lazos de afecto nunca se abandonarán, al contrario, serán como el rubí, con más valor y en ellos crecerá la seguridad de ser importante en el universo que les mueve.
Comprende que la vida sin el amor es como un frutal sin fruta y yo tendría que cerrar los ojos, tendría que quedarme ciego y no recordar más que la imagen de tu ternura, guardar toda tu belleza en un pensamiento y no volver a ver más que es tu luz la que me enamoró.
No olvides que en esta carretera somos dos luchando por ser uno, y siendo uno cuando nos amamos: uno para amarnos y dos para darnos todo.
¿Sabes una cosa, dentro de pocas horas estarás con los tuyos compartiendo las peripecias que te da la vida, pero antes de abordar el autobús o encender el motor de tu auto para llegar a casa, cambia el CD, pon la Sinfonía 3 de Beethoven y rescatarás de tu alma lo más puro que aún le queda… no te abandones.
Mira el ejemplo de José Feliciano o de Bach, músicos no videntes pero con un alma pura, y si ellos aportaron a la vida su arte, porque tú que tienes buenas las manos, los pies, el cuerpo entero, no puedes alejar de ti la tormenta ni los fantasmas que te golpean, sacar lo mejor de ti.
¡Vamos, no te abandones, rescata lo poco que te queda en tu corazón de niña y veras la luz del universo con mejores brillos!…
Si necesitas pedir perdón o estás pensando en pedirlo, estas frases y citas de seguro te invitarán a la reflexión sobre el tema, porque son bellas las palabras escritas en el libro de la vida, cuando dice en Corintios, del 1 al 13: “El amor jamás reclama; da siempre, tolera y jamás se irrita, nunca se venga”.
Recuerda además que no existe el amor, sino las pruebas de amor, y la prueba de amor a aquel que amamos es dejarlo vivir libremente.
Quizá te llenen de fastidio mis palabras, pero quiero que sepas que las plasmo con la mayor transparencia brotada de mis poros, ya que según un proverbio italiano "todo gran amor no es posible sin haber pasado por una pena”.
El autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, sostiene que "el amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor expulsa al miedo; también obstruye la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma”.
Lo que no sabes es que "ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, como emprender un viaje sin un libro, como ir por el mar sin estrella que nos oriente." (Stendhal.
Ahora pensarás que me fui por la tangente, pues fíjate que no y te pido disculpas, pues no quise penetrar mucho en detalles para no afectar tu psiquis, sólo te lo confesaba porque me gusta ser transparente, porque eso eres, un ser intangible que se diluye en las esferas del universo, eres como el aire que se escapa entre mis manos, pero que no puedes salir de mi corazón...
Recuerda: por ti permanecen abiertas las puertas de mi corazón las 25 horas del día los 366 días del año, porque le he pedido a Dios que no me abandone, que no pase de largo, PERO SOBRE TODO, RECUERDA QUE PUEDES CONTAR CONMIGO Y QUE TIENES A ALGUIEN QUE PIENSA EN TI…


Luis Antonio Chávez
Escritor y periodista
luischaveznews@yahoo.com
Jueves 08 de septiembre de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario