6.21.2010

Ligia María Orellana: Voz joven en la narrativa salvadoreña


Ligia María Orellana (Foto cortesía familia Orellana Calderón)

Aunque el libro no sobrepasa las 50 páginas, los 19 cuentos que lo integran tienen la madurez de alguien con muchas horas de vuelo en la literatura

Luis Antonio Chávez
Escritor y periodista


Irrumpir lo virginal de una página para plasmar apreciaciones acerca de un libro no es ni ha sido una tarea fácil, sobre todo cuando el comentario se hace de una forma objetiva. La lectura del libro Combustiones Espontáneas, de la joven Ligia María Orellana, nos permitió trazar estas líneas.
Horacio Quiroga (Uruguay 1878-1937), decía: “…en un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres últimas”, teoría que toma fuerza en el trabajo comentado, pues Ligia María Orellana incursiona en la narrativa centroamericana con una creatividad que no conoce fronteras.
No puedo negar que Ligia María Orellana pertenece a una pléyade de jóvenes que buscan poner su propio sello en la literatura con temáticas que reflejan a una sociedad estresada por las peripecias diarias: alza en los precios de la canasta básica, falta de agua, revueltas, terrorismo… lectura que imprimen una versatilidad desbordante.
“El cuento tiene una cantidad de reglas que si bien no lo definen, ni delimitan ni sujetan, al menos permiten identificarlo”, sostiene el argentino Edmundo Valadés, al referirse a la estructura de la narrativa corta. Eso me llevó a valorar la tesis del escritor Julio Cortázar, quien lo resume como un nock out técnico, es decir, expresar en pocas líneas un tema sin que las ideas se sientan forzadas.
Aunque el libro no pasa de las 50 páginas, aclararé que no es el grosor del mismo que me impactó: los 19 cuentos que lo integran muestran la madurez de alguien con millas de vuelo en la literatura, pese a que fueron escritos entre los 16 y los 20 años por esta joven que estudió Psicología en la UCA.
Rescataré que los cuentos de Ligia María Orellana no requieren presentación alguna: ellos se defienden solos; sin embargo no negaré que dada la mocedad de quien escribía, me vi tentado en un inicio a inquirir, hurgar y exigir un trabajo acabado, mas no fui defraudado; la pluma de Ligia refleja una labor profesional cuyas temáticas se quedan en la retina.
Y es que cada cuento escrito por Ligia María Orellana linda entre lo absurdo y el sarcasmo, la ironía y el humor negro, la política y las aflicciones de alguien que le afecta el grado de insensibilidad en que hemos caído por importarnos un bledo la ecología y damos más importancia a la tecnología de punta.
Imagino la fascinación y divertimiento de Ligia María Orellana al escribir estas líneas, pues la atmósfera en que mueve a sus personajes no es ajena a la sociedad circundante, sino preguntémonos: ¿quién no ha protestado alguna vez por no tener agua en su hogar?
El cuento Manifesto tercermundista, es una muestra de la versatilidad de Ligia al abordar temas que dejan claro el egocentrismo de algunos personajes a quienes les importa un comino las necesidades del pueblo, pero que cuando son ellos los del problema demandan y contrademandan a quien corresponda.
“La calle… estaba bloqueada por la Comunidad de Infelices Ciudadanos Sedientos que no tenían agua desde hacía 84 días… ¡¿Qué me importa que no tengan agua?!, ¡Tengo que llegar a mi trabajo!, masculló encolerizado” (Pág. 16)
El cuento Inocua existencia de las voces en su cabeza no es más que un reclamo a una sociedad robotizada donde no existe el afecto o palabras que permitan sentirse amado por nuestros progenitores, quienes llegan tan cansados a casa que poco les interesa lo que hagan sus vástagos.
“Abigaildo Sinestesia era un niño que tenía la suerte de poseer un televisor pantalla plana. Sus papás lo dejaban toda la tarde frente a ella, y por las noches lo enviaban a hacer sus deberes y a dormirse porque era el turno de ellos” (Pág. 20)… para más tarde martillar: “Señor doctor” –dijo Abigaildo agonizando. “Puede conseguirme un amigo).
Combustiones Espontáneas contiene una magia propia en sus líneas que atrapan de principio a fin. Su narrativa recoge temas de la vida, además de presentar lo inverosímil como el diálogo entre un perico que no sabe cómo volar y una lata vacía de bebida gaseosa, o el sarcasmo plasmado en las siguientes líneas:
“Mientras el shampoo bajaba por su cabeza, deseó con vehemencia tener párpados” (La ducha, Pág. 29), escribe Ligia María Orellana.
Los abusos de poder también son denunciados por esta joven escritora que representa, al igual que Jorge Galán, Claudia Hernández y Elena Salamanca, un relevo generacional en la literatura nacional.
En Ligia María Orellana observamos algo muy peculiar: Aparte de ser huraña para aparecer en los corrillos literarios como narradora joven, trabaja con seriedad sus escritos, se exige asimismo y muestra un interés en ella –sin decirlo- porque cada línea impresa se quede en la retina de sus lectores y no andar robando el flash de las cámaras, el video o un punto en el dial.
Para Augusto Monterroso (Tegucigalpa, Honduras 1921-Guatemala 2003) uno de los máximos exponentes del cuento brevísimo “La vida es como un árbol frondoso que con sólo ser sacudido deja caer los asuntos a montones; pero uno puede apenas recoger y convertir en arte unos cuantos, los que verdaderamente conmueven”.
Al considerar la frase de Monterroso destacaré que Ligia María Orellana crea arte de aspectos que para el común denominador son insignificantes, pero para ella son útiles.
En la narrativa de Ligia María Orellana encontramos señoras encapotadas que se pasan la vida en salas de té o aquellas que sueñan con representar al país en concursos de belleza amañados igual que la política de nuestro país.
“Una de cada dos personas es víctima de la delincuencia, y dos de cada cuatro personas son delincuentes, eran los resultados que arrojaba una encuesta sobre las preferencias profesionales de la gente”, escribe Ligia María Orellana en el cuento COFFE BREAKS.
Concluiré mi comentario recalcando que cada cuento impreso en Combustiones Espontáneas posee una magia exquisita, cuya virtud pasa del asombro hasta atrapar al lector de principio a fin, por estar escritos con pericia y creatividad, volviéndolos agradables a la retina y al oído.
Amigo lector, la creatividad en la narrativa de Ligia María Orellana no tiene aldabas, por ello le exhorto a escudriñar sus escritos y compruebe que sus cuentos han llegado para ser parte “in so facto” de la biblioteca de quienes gustan de una buena lectura.

San Salvador, 20 de junio de 2010.

RECUADRO
Título: Combustiones Espontáneas
Ediciones: Orca
Precio: $4.00
Tiraje: 1000 ejemplares
Venta: Librerías La Casita, La Ceiba y La UCA



Portada del Libro

3 comentarios:

  1. bellisimo libro jijij !!

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  2. es un buenisimo libro pero me gustaria saber si ella tiene mas libros.. saludos

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  3. Es su primer libro publicado y lo hizo cuando apenas cumplia sus 16 años, ahora imagínese que tipo de cuentos ha de estar escribiendo, sobre todo porque es acuciosa, sarcástica y audaz al escribir, pronto veremos otro libro de ella y será un gusto comentarlo y subirlo a mi blog

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